Honrar a nuestros ancestros

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Rinden honor a sus antepasados muertos, al igual que sus abuelas y abuelos hicieron antes que ellos. Comprenden que sus ancestros poseen una inmensa riqueza de sabiduría y conocimiento, disponible para nosotros en el momento en que decidamos preguntarles.

Si nos fijamos en los sistemas espirituales más antiguos del planeta, como el budismo y el hinduismo, los antepasados que ya partieron son venerados por cada generación que pasa. Si los budistas o los hindúes llevan a cabo durante su vida actos como el servicio a los demás, la meditación o las peregrinaciones, ellos creen que comparten estos méritos con familiares que ya han muerto; creen que estos actos ayudan a sus seres queridos fallecidos a acercarse más a la iluminación, y eso, a cambio, bendice a los vivos. También existe la creencia de que ello permite a la generación actual liberarse, a sí mismos y a sus predecesores, del karma negativo (aunque mi opinión personal es que el karma no es ni positivo ni negativo, sino que es, simplemente, energía akáshica).

El culto a los ancestros prevalece también en varias culturas de todo el mundo: en la asiática, por ejemplo, la familia «ampliada» es central para la sociedad, y el culto a los ancestros constituye una actividad religiosa significativa. Sus antepasados y seres queridos fallecidos son sumamente venerados y honrados, y dan una gran importancia al hecho de mostrar respeto a los padres y mayores. A menudo, en esta cultura, los miembros de la familia se reúnen para celebrar un banquete en memoria de los fallecidos.

Muchas familias tienen también un altar dedicado a sus ancestros, en el que queman incienso y realizan ofrendas, sobre todo cuando necesitan guía y consejos.

En la India, el culto a los antepasados es también destacable. Cuando una persona muere, se llevan a cabo muchos rituales específicos durante los que la familia ofrece tributos al fallecido, y cada año los miembros de la familia repiten el ritual en el aniversario de su muerte. También se celebran otros rituales aparte, durante los cuales cada familia recuerda y crea ofrendas a todos sus ancestros.

Muchas sociedades africanas creen que los antepasados se convierten en espíritus y dioses y que viven en otro mundo, desde donde pueden influir en la vida de los vivos. Por ello, se invoca a los ancestros para acontecimientos y ceremonias importantes en la vida, porque, según ellos, la presencia de los antepasados en los mismos otorgará también protección y buena suerte. Además, se cree que los espíritus ancestrales residen en lugares como un árbol, una roca o un manantial de agua fresca. A veces incluso se construyen lugares sagrados para ellos.

Aun habiéndome criado en Australia, yo nunca participé en ninguna ceremonia para honrar a mis ancestros. De hecho, era un concepto que me resultaba ajeno: ¿por qué iba a hacer eso? Si alguien me dijese que había contactado con sus antepasados pensaría que había acudido a un/a psíquico o a un/a médium o participado en una sesión de espiritismo. «Comunicarme con mis ancestros» no formaba parte de mi realidad. ¿Y tú? ¿Qué te viene a la cabeza cuando alguien habla de honrar a los antepasados?

Durante mi educación formal en la escuela se nos enseñaba la cultura aborigen. De joven estuve saliendo varios años con un aborigen, y durante todo aquel tiempo estuve inmersa en su cultura y me convertí en un miembro más de su familia, lo que me permitió adquirir una profunda comprensión del rico tapiz de parentesco que existe dentro de las familias aborígenes.

Casi todas las tribus indígenas tienen una profunda conexión con la naturaleza, así como una profunda comprensión de su entorno, que va mucho más allá de lo que yo aprendí en la universidad o trabajando en el ámbito medioambiental como guardabosques en el parque nacional. Para los indígenas la naturaleza es más que, simplemente, conocer las plantas y los animales: la naturaleza es la vida en sí, representada y personificada por la Madre Tierra – Pachamama – Gaia.

A menudo me preguntaba y reflexionaba sobre por qué la sabiduría y el conocimiento que poseían los indígenas no tenían cabida en nuestro acelerado mundo moderno. Muchos de nuestros hermanos y hermanas indígenas de todo el mundo han crecido en una sociedad que otorga poco valor a la sabiduría y conocimiento ancestrales, que van pasando de generación en generación. ¿Quizás ha llegado el momento de volver a conectar con lo que ellos saben?

honrar-nuestros-ancestros2Poco a poco, la conciencia humana está cambiando y reconociendo a los pueblos indígenas como los guardianes de la sabiduría en la Tierra. Todos los indígenas de todo el planeta honran a Gaia, y todos rinden culto a los ancestros; intuitivamente, saben que ellos son sus propios antepasados y comprenden el círculo de la vida. Cuando honran a sus ancestros también están entrando en contacto con su propia memoria akáshica. Todas las ceremonias indígenas en las que he participado por todo el mundo han comenzado siempre rindiendo honor a los antepasados.

Tengo una pregunta que hacerte: ¿quiénes son tus ancestros? ¿Vienes de una familia en la que el culto a los antepasados forma parte esencial de la vida, o, como en mi caso, este concepto no existe en tu familia? A menudo pasamos muchísimo tiempo elaborando nuestro árbol genealógico o mirando el linaje de sus antepasados biológicos; ¿es posible que la energía de éstos siga estando dentro de ti? Además, hay también otra pieza esotérica de este rompecabezas: en lugar del biológico, ¿qué hay de tu linaje akáshico (el de tus vidas pasadas)? ¿Es posible que una parte de tus experiencias de vidas pasadas sigan estando vivas en ti? Tu línea ancestral akáshica serías tú, muchas veces (el linaje de tu propia alma).

Nuestro Akasha es como una «sopa» de energía, de modo que no existe una lista de a quién pagar tributo, sino que la energía de nuestro Akasha se comunica con nosotros a través de la intuición. Incluso nos atrae a ciertos lugares; por ejemplo, alguien que tal vez ha crecido en China, con una familia china, puede ir a Norteamérica y sentir inmediatamente una fuerte conexión con los indios nativos que vivían allí. Nuestro Akasha nos atrae a menudo hacia lugares que nos producen fuertes sensaciones de déjà vu.

Entonces, ¿qué pasa si nunca has formado parte de una familia o de una tribu indígena que honre a sus antepasados biológicos? ¿Te gustaría hacerlo? ¿Cómo procederías, cuando no existe ningún protocolo cultural? Me gustaría contarte cómo honro yo a mis ancestros. Yo soy una australiana de primera generación: mis padres son ambos húngaros y emigraron a Australia in 1969, de modo que mi árbol genealógico contiene muchas generaciones residentes en Hungría. Por lo tanto, yo estuve expuesta tanto a la cultura húngara como a la australiana. También he vivido en Nueva Zelanda y en Sudamérica. A todas partes a donde voy, me gusta dar gracias a Gaia por estar aquí y por amarnos. Cuando siento mi conexión con Gaia siento la conexión con los antepasados que pisaron aquella tierra. Cuando participo en ceremonias indígenas siento el amor de sus ancestros que me saludan.

Así pues, mi conclusión es que no creo que importe si están dentro de mi linaje o no: pertenecemos a todos ellos, tanto biológicamente como dentro de nuestro Akasha. ¿Quizás tú también sientes lo mismo? Al honrar a los antepasados del planeta honramos, por lo tanto, a Dios y a nosotros mismos.

Al ponernos en contacto con nuestros ancestros, al conectar con las plantillas colocadas en nuestro interior y en el de Gaia, abrimos la puerta a los portales que contienen la sabiduría y el conocimiento de las eras. Este conocimiento será necesario para crear una nueva humanidad: una cultura divina y consciente. Los Antiguos y los Antepasados están aquí contigo ahora mismo, celebrando mientras lees esto. Y, por supuesto, ¡algunos de ellos son tú!

el efecto gaiaMonika muranyi
Autora de “El efecto Gaia” y “El Akasha humano”, Vesica Piscis Ed. Libros monográficos escritos a partir de canalizaciones de Kryon transmitidas a través de Lee Carroll, su canalizador original
www.monikamuranyi.com

 

 

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