La farmacia natural

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Farmacia natural

Los seres humanos nos hemos habituado a descuidar nuestra salud constantemente. Fumamos, bebemos alcohol excesivamente, consumimos subproductos «alimentarios» que intoxican nuestro medio interno y un sin fin de barbaridades más que agreden nuestro equilibrio interior.

A continuación, para cada padecimiento que va apareciendo, que no son más que gritos de alarma de nuestro cuerpo contra el maltrato que le hemos infringido, acudimos a la toma de medicamentos. Estos, a su vez, no hacen más que tapar un síntoma, pero nunca tratan el origen primario de la enfermedad. Sobrecargan, aún más, un cuerpo ya de por si saturado y así entramos en un círculo vicioso del que no sabemos salir.
En estos tiempos que nos está tocando vivir, con tanta crisis, tanto recorte presupuestario, especialmente en sanidad, la sociedad se alarma y preocupa por la idea de no poder hacer frente al pago de sus preciados medicamentos.

Pues bien, yo tengo la solución, la solución para no consumir nunca medicamentos (salvo en contadísimas ocasiones), y además dentro de la misma fórmula, depurar nuestro organismo, aumentando nuestro sistema inmune y teniendo una salud de hierro. ¿Qué no me cree? Pues siga leyendo y descubra lo sencillo que es.
Primero voy a ponerme como ejemplo. Yo soy una persona normal, corriente. No soy un atleta ni una proeza de la naturaleza en cuanto a salud se refiere. Pero no tengo tarjeta sanitaria y en el servicio se salud de mi comunidad no salgo en el ordenador: simplemente no existo. ¿Razón? No he acudido al médico por enfermedad desde que era niño. Hoy día tengo 47 años. Esto supone, por una parte, un increíble ahorro sanitario y, por otro lado, una calidad de vida excepcional para mí y una no agresión hacia mi organismo al no bombardearlo de sustancias químicas constantemente.

La solución es bien sencilla, hay que tener un nivel cultural nutricional. Yo afirmo que, en el 95% de los casos, si usted enferma es porque quiere. Con unas sencillas normas dietéticas y unos consejos básicos yo, gratuitamente, le propongo cambiar su vida.

En primer lugar, vamos a comenzar limpiando este elemento tan valioso y útil que es nuestro organismo. Para ello, vamos a marcarnos un plazo de 21 días, dentro de los cuales vamos a realizar estrictamente cada día los siguientes consejos:

Vamos a preparar cada día un caldo compuesto de:

  • 500 g de cebolla
  • 300 g de col verde
  • 200 g de apio
  • 200 g de zanahoria
  • 200 g de nabo
  • 200 g de rábano
  • 200 g de espinacas
  • una cabeza de ajo

Se deja hervir en dos litros de agua hasta reducir a la mitad. Tomamos una taza, con un poco de zumo de limón, media hora antes del desayuno, comida y cena.

Durante estos 21 primeros días vamos a beber medio vaso de agua mineral tras cada micción, excepto por la noche. Y vamos a evitar comer todo lo que provenga del cerdo, lácteos y azúcares (excepto el de las frutas).
En segundo lugar, una vez depurado nuestro organismo, vamos a introducir unas pautas básicas en nuestra rutina culinaria diaria, que van a producir cambios en nuestro organismo tan sorprendentes como gratificantes que darán como resultado final una salud de hierro.

Evitaremos comer (yo los suprimiría definitivamente) cerdo, lácteos y azúcares. Son los tres grupos de alimentos que más tóxicos aportan al organismo, así como los que más enfermedades generan a la raza humana. Todos los elementos nutricionales que aportan los podemos encontrar en otros alimentos que no intoxican ni debilitan nuestro cuerpo.

Comenzaremos el día, siempre, con un zumo de naranja al que habremos añadido medio limón. Con ello fortalecemos el sistema inmunitario debido a sus propiedades antibacterianas y antivíricas, aportamos gran cantidad de antioxidantes, estimulamos las secreciones biliares y ayudamos a metabolizar las grasas, facilitamos la movilización de las grasas presentes en la sangre (ya que el limón es hipolipemiante) y ayudamos a eliminar gases con la consiguiente desinflamación abdominal.

Vamos a comer carne roja solamente dos días a la semana (dos comidas o dos cenas); vamos a intentar no comer hidratos de carbono (pasta, arroz, pan, patatas, cereales, etc.) junto con proteínas (carne, pescado); vamos a procurar consumir los hidratos de carbono de 7 am a 19 pm y las proteínas por la noche, procurando que la cena no exceda de las 22 horas. Tienes que consumir 4-5 piezas de fruta diferentes al día y 2-3 de verduras y hortalizas.

Tomaremos litro y medio de agua mineral al día, nunca de grifo. Poco a poco y nunca en grandes cantidades y especialmente comiendo, donde deberemos procurar no «aguar la comida».
Estos sencillos consejos solamente requieren cambiar el «chip» y romper con lo establecido, que es lo que te hace ser una persona enferma y con necesidad constante de tomar medicamentos. Tú puedes, seguro. Yo te animo, te apoyo y te aconsejo que pruebes. Tu salud lo merece, y te garantizo que en apenas un mes tu cuerpo, tu vida, tu salud habrán cambiado de manera exponencial.

Por último, los alimentos que voy a citar a continuación no deben faltar jamás de tu dieta diaria:

El ajo: es el más poderoso antioxidante, antibiótico, depurativo, mejora la circulación, baja la fiebre, reduce el colesterol malo (LDL), por lo que es excepcional tanto para el corazón como para las arterias, normaliza la tensión arterial, es expectorante, por lo que resulta muy útil en afecciones respiratorias como asma, bronquitis aguda o crónica, y un largo etcétera de propiedades. Consúmelo crudo o en perlas.

  • El brócoli: es el vegetal con mayores propiedades anticancerígenas, especialmente contra los cánceres de próstata, pulmón, mama y colon. Tiene actividad antiviral y antiulcerativa. Fuente excelente de cromo, el cual contribuye a regular la insulina y el azúcar en la sangre. Nota: la cocción y el procesamiento destruyen algunos de los agentes antioxidantes y antiestrogénicos, como los índoles y el glutatión. Ofrece mayor protección cuando se consume crudo o ligeramente cocido, pasado por aceite de oliva virgen extra.
  • La alcachofa: es recomendable para los que sufren de anemia, raquitismo, artritis, reumatismo, obesidad, toxemia, inflamaciones de riñones, etc., es beneficiosa para enfermedades de hígado, como cirrosis, ictericia, cálculos biliares, inflamación de vesícula, etc. Es eficaz para la diabetes, hemorroides, gota, enfermedades en las vías urinarias.
  • La cebolla: es recomendable para el reumatismo, ictericia, asma, diabetes, hipertensión, tuberculosis, fiebres tiroideas, etc. Es depurativa, emoliente, aperitiva, diurética. Combate la hidropesía, la obesidad, el estreñimiento, la dispepsia, gota, artritis. Estimula el crecimiento del cabello, es eficaz en enfermedades de los riñones, alcalinizadora de la sangre, remueve las obstrucciones de las vísceras, aumenta la secreción urinaria, limpia las vías respiratorias, provoca el apetito.
  • El apio: posee propiedades diuréticas, estimulantes, tónica, aperitiva, disuelve las toxinas del cuerpo, ayuda a formar las secreciones de la boca, la vesícula biliar y el páncreas. Previene enfermedades de los ojos, el escorbuto y la pelagra. Actúa contra el reumatismo, la gota, afecciones del hígado y riñones, debilidad digestiva, escrófula, afecciones catarrales. Es eficaz para la hidropesía y la ictericia, fortalece y vigoriza los nervios.
  • El puerro: un magnifico expectorante y detergente en inflamaciones de las vías respiratorias, bronquios, laringe y faringe. Encierra propiedades aperitivas y digestivas. Estimula la secreción de la saliva y de los jugos gástricos, excita el movimiento del estomago, favoreciendo la digestión y facilitando la evacuación de los intestinos; destruye parásitos y microbios, estimula el organismo, es favorable contra la desnutrición y diabetes; es útil para las piedras en el riñón, retenciones de orina y la hidropesía.
  • El aguacate: contiene gran cantidad de ácidos grasos monoinsaturados, muy apropiados para el control del colesterol y de los triglicéridos; además aporta vitaminas del grupo B que también ayudan a tener un efecto protector sobre el músculo cardíaco, para lo cual conviene consumir dos aguacates por semana.

Ya lo dijo Hipócrates, padre de la medicina, que el alimento sea tu medicina. Por lo tanto, como prevención y cura acude a la farmacia natural de tu despensa. Tu cuerpo te lo agradecerá.

Francisco Fajardo
Osteópata, D.O.