Ser un Alquimista

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Continuamente estamos interviniendo en un mar de energía invisible y visible, somos cocreadores de esta danza energética, sin embargo si estamos dormidos de nuestro papel también lo está nuestro alquimista interior. Cuando comienza el despertar de consciencia, comienza a despertar el alquimista. Ser conscientes de estas facultades y hacernos responsables de nuestros actos nos da ese empoderamiento de nuestra autorrealización.

Cuando despierta el alquimista

Cuando un alquimista despierta, poco a poco todas sus intervenciones activas y pasivas van siendo conscientes de su poder co-creador. Un alquimista es un servidor de la luz, porque llegar a la verdadera alquimia implica renunciar a nuestros egos y servir al gran espíritu, porque el alquimista ya hizo consciente que es amor, y por tanto no participará en procesos despojados de esa consciencia.

El Alquimista en el Hacer

Dios ha puesto en nosotros unas gemas preciosas que son únicas e irrepetibles, entregarlas a la vida es nuestra misión. El alquimista comparte sus dones naturales, aquello que le hace sentir en plenitud de servicio y aprendizaje. Estos haceres le sitúan en su presente, donde el tiempo comenzará a ser un punto infinito en lugar de una línea, y la mente se concentra como un rayo láser. El alquimista ha recordado que sus misiones le liberan. Cuando reconecta con su sabiduría natural, innata, comienza un hacer en el presente absoluto, y allí es un alquimista, porque sin proponérselo toda la energía amorosa del cosmos se estará manifestando a través de él, desde de su corazón, y sin que lo note estará plasmada la magia más pura. Entregarnos al fluir de la vida nos sitúa naturalmente en nuestras misiones, y allí hay gozo y plenitud, porque sentirás que estás donde tienes que estar, haciendo lo que tienes que hacer, y el universo entero estará feliz. Haz lo que te gusta.

ser-un-alquimista-2El Alquimista en la Palabra

Un alquimista ya hizo consciente que la palabra es energía, la energía de la creación, el aliento de vida. La palabra define nuestra existencia, por tanto el alquimista sabe que al usarla está continuamente enviando a la danza energética de la vida unas geometrías, colores y vibraciones que co-crearán en esa consciencia.

El alquimista es la voz de su ser interno, la voz del corazón único. El alquimista entrega cada una de sus palabras con el corazón, la mente solo las ordena. Serán geometrías, vibraciones y colores con la plena consciencia de haberlas sacado de su interior puro. En estos casos las palabras nos vienen dadas, no hay discursos, no hay egos, es la voz de nuestro ser interno al servicio del gran espíritu. Entonces la palabra tendrá plena consciencia en sí misma, estará viva, y serán semillas de luz. El alquimista sabe que el silencio forma parte de la palabra, y que mucho se dice a través de él. El abrir el corazón y saber escuchar con él, nos desarrolla el canal de la intuición. Practica guardar silencio, pausas, y dejar que las palabras te sean entregadas, serás un canal de la consciencia, y el universo estará feliz.

El Alquimista en el pensamiento

El alquimista sabe que el pensamiento viaja libre de la dimensión del espacio-tiempo, por tanto conlleva una gran responsabilidad. Es consciente que somos propensos a tener todo tipo de pensamientos, por una domesticación previa que nos hace tributar demasiado a la mente y a los miedos. Por eso escoge verlos con desapego, como nubes pasajeras, mientras se va vaciando de todo lo superfluo en su mente y corazón. Esto es más sencillo estando en nuestras misiones. El pensamiento deja de ser quien le controla, ahora solo es una energía que tal como viene se va, y no es necesario que sea digerida, solo escogerá aquello que le resuena en el corazón. Los pensamientos ahora acompañan creativamente, ya no asfixian solo con mecanismos autodestructivos. El alquimista deja que el pensamiento se manifieste por sí solo, y se abra la puerta a la sabiduría que es la unión del conocimiento humano y el conocimiento divino. Entrégate a la vibración de la humildad, libérate del juicio y tu pensamiento será el de un alquimista.

ser-un-alquimistaEl Alquimista en la vida

No control

El alquimista fluye, no controla, se ha hermanado con la vida y se entrega a que ese río le lleve, nadie mejor que la vida le conoce y sabrá dónde llevarle. Se sabe vulnerable, no es perfecto y esto le convierte en un guerrero de luz.

Oración y ritualidad

El alquimista ha activado el plano invisible en su vida, y sabe que la oración y la ritualidad forman parte importante de su camino. La espiritualidad natural se manifiesta espontáneamente, hablar con el sol, la madre tierra, la luna, sus guías espirituales, los elementales, las plantas, y todo cuanto le rodea, es un acto de consciencia y unicidad. Para el alquimista ritualizar implica honra y gratitud, y deja que los pedidos sean a la medida de su corazón, nunca de su ego. En la oración se entrega a la vida, a la voluntad del creador, así la vida le reflejará su justa medida, y su estado interno. La oración es un portal de luz, de activación, por tanto el alquimista trabaja con los cuatro elementos, y adopta una postura apropiada en la que se activan sus códigos de luz. La oración también estará presente en los alimentos, para mostrar su gratitud y para activarlos. Enciende una velita en tu espacio sagrado, haz tu ofrenda material, y comunícate con la divinidad de manera espontánea y natural, sin dogmas, sin religión, como un niño hablando con su padre/madre.

El Perdón y la Fe

El Alquimista sabe de los procesos energéticos internos y externos, sabe que el perdón es uno de los actos más liberadores de sus propias ataduras, ha comprobado que esta energía se manifiesta desde el corazón y se expande infinitamente acabando por soltar sus propios grilletes. El perdón le hace uno con la vida.

El alquimista sabe que la fe es su manera de vivir, no le rinde tributo a sus miedos, sabe que la fe en la vida le expande su campo áurico, como el amor, y la humildad. Por eso la práctica día a día, para que sus centros energéticos estén radiantes y equilibrados, y de esta manera la vida le traerá todo cuanto necesite para hacer su camino.

¡Perdona, y vive en modo confianza!

Rodolfo Alabí
Energía Sutil
www.orgonitas.com